El vidrio que se ve opaco se conoce como vidrio satinado. Este tipo de vidrio tiene un acabado que hace que la luz pase a través de él de manera difusa, creando un efecto suave y agradable a la vista.
El vidrio satinado se obtiene mediante un proceso de grabado o tratamiento químico que le otorga esa apariencia opaca. Este tipo de vidrio es ideal para crear privacidad en espacios sin sacrificar la entrada de luz natural.
El vidrio satinado es muy utilizado en la decoración de interiores, especialmente en puertas, ventanas, mamparas de baño y separadores de ambientes. También se puede encontrar en elementos de iluminación y mobiliario.
El vidrio que está opaco se conoce como vidrio esmerilado. Este tipo de vidrio tiene un acabado mate que impide la transparencia total, lo que lo hace ideal para crear privacidad sin bloquear por completo la luz. El vidrio esmerilado se obtiene mediante un proceso de arenado o grabado que le otorga esa apariencia peculiar.
Además de proporcionar intimidad en diferentes espacios, el vidrio esmerilado también es utilizado en decoración y diseño de interiores. Su textura y apariencia única le dan un toque elegante y moderno a cualquier ambiente. Este tipo de vidrio puede encontrarse en ventanas, mamparas, puertas, divisiones de oficinas y otros elementos arquitectónicos.
En resumen, el vidrio esmerilado es una opción versátil y estética para aquellos que buscan una combinación de funcionalidad y estilo en sus espacios. Su acabado opaco permite jugar con la luz y la privacidad, mientras que su apariencia añade un elemento decorativo a cualquier entorno.
El vidrio que no se ve se llama vidrio transparente. Este material permite el paso de la luz a través de él, lo que hace que sea posible ver a través de él sin ninguna dificultad. Este tipo de vidrio es muy común en ventanas, puertas de vidrio y en la fabricación de objetos de vidrio en general.
La transparencia del vidrio se logra a través de un proceso de fabricación específico que elimina o reduce al mínimo las impurezas y burbujas de aire en su composición. De esta forma, se logra una superficie lisa y uniforme que permite una mayor claridad visual y una mayor entrada de luz.
Además de su función estética, el vidrio transparente también tiene propiedades prácticas como la protección UV y el aislamiento térmico. Esto lo convierte en un material muy versátil y utilizado en una amplia gama de aplicaciones en la arquitectura, la industria y el diseño de interiores.
El vidrio que se ve borroso se conoce comúnmente como vidrio esmerilado. Este tipo de vidrio se caracteriza por tener una superficie mate y opaca, lo que permite difuminar la luz que pasa a través de él. El efecto borroso se logra mediante un proceso de grabado o tratamiento químico que le otorga esta apariencia particular. El vidrio esmerilado es muy utilizado en la decoración de interiores y en la fabricación de lámparas y luminarias, ya que suaviza la intensidad de la luz y brinda un ambiente más cálido y acogedor.
El cristal que no se ve desde fuera se llama cristal espía, también conocido como vidrio inteligente o vidrio traslúcido.
Este tipo de cristal tiene la propiedad de cambiar su opacidad o transparencia según las condiciones externas, permitiendo ver a través de él de manera selectiva.
El cristal espía es ampliamente utilizado en la arquitectura moderna, en vehículos de transporte y en pantallas electrónicas, brindando privacidad y control de luz sin necesidad de cortinas ni persianas.