Al escuchar la expresión no extraíble nos referimos a algo que no puede ser retirado o separado de manera fácil o simple. En el contexto de la tecnología, por ejemplo, un dispositivo no extraíble sería aquel cuya batería no puede ser removida por el usuario.
En el ámbito de los bienes raíces, un elemento no extraíble podría ser una estructura fija como una escalera de concreto integrada al diseño de la propiedad. En este caso, su presencia es permanente y no puede ser movida fácilmente de un lugar a otro.
En el mundo del arte, un objeto no extraíble podría referirse a una escultura monumental que ha sido creada para un espacio específico y cuya naturaleza impide ser trasladada a otro sitio sin dañarla o alterar su integridad artística.
En resumen, no extraíble significa que algo no puede ser separado, retirado o movido de su ubicación actual sin dificultad o sin ocasionar daños o cambios significativos en su estructura o contexto original. Es importante tener este concepto en cuenta al momento de diseñar, construir o seleccionar elementos que formarán parte de un conjunto o sistema más amplio.
La palabra extraíble se refiere a aquello que se puede quitar o sacar de algo más grande o fijo. Por ejemplo, un elemento extraíble de un mueble es un cajón que se puede sacar para acceder a su contenido de manera más fácil.
En términos más generales, algo extraíble es aquel objeto o parte de un objeto que se puede separar del conjunto al que pertenece. Esto puede facilitar tareas como limpieza, mantenimiento o manipulación de ese objeto en particular.
En el ámbito de la informática, el término extraíble se relaciona con dispositivos de almacenamiento como memorias USB o discos duros externos. Estos son extraíbles ya que se pueden conectar y desconectar fácilmente de una computadora para transportar archivos o hacer copias de seguridad.
Cuando hablamos de una persona distraible, nos referimos a alguien que tiene dificultades para mantener la concentración en una tarea o actividad por mucho tiempo.
La persona distraible suele ser propensa a distraerse con estímulos externos o pensamientos internos que interrumpen su atención en lo que está haciendo.
Esto puede afectar su desempeño en el trabajo, en la escuela o en cualquier actividad que requiera de foco y atención constante.
Es importante tener en cuenta que ser distraible no es necesariamente algo negativo, ya que cada persona tiene diferentes niveles de concentración y algunos pueden ser naturalmente más propensos a distracciones que otros.